Editoriales

Malvinas, la herida abierta

Este lunes se cumplieron 39 años de la rendición de Puerto Argentino, una fecha que nos permite reflexionar sobre las heridas abiertas que dejó un conflicto bélico que más allá de ser iniciado por un nefasto gobierno militar, se trató de una causa justa que unió aun más a un país. 

Esa guerra de 63 días dejó como saldo 625 soldados argentinos muertos, de los cuales varios aún intentan ser identificados en un proceso que por estos días lleva adelante la Cruz Roja.

En pleno siglo XXI, el colonialismo se disfraza de autodeterminación de los pueblos. Algo que permite todavía que en el mundo, el Reino Unido administre 10 colonias, de las cuales la mayoría se ubican en el continente americano. 

El argumento británico e isleño de autodeterminación para dirimir la soberanía de las islas es tan falaz como el argumento utilizado en 1982 por Margaret Tacher para decidir el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano cuando la embarcación se encontraba ya fuera de la zona de exclusión con rumbo al continente.

Un dato contemporáneo que aún sostiene la versión de población implantada inglesa en nuestras islas es el resultado del censo poblacional de Malvinas del año 2016. Allí se revela que menos de la mitad de la población de las islas (3200 habitantes) nació en Malvinas. El resto, más del 25% es originaria de Gran Bretaña.   

A los largo de los años, la Argentina cuestionó en los organismos internacionales la aplicación del principio de autodeterminación por ser violatorio de la integridad territorial del país. Cabe marcar que las Islas Malvinas son islas de carácter continental, esto significa que emergen de la plataforma continental de nuestro país, por lo tanto son una prolongación del espacio en donde se emplaza la Argentina.

Pensar Malvinas hoy es reflexionar sobre los millones de kilómetros de aguas marinas usurpadas, los recursos pesqueros y energéticos implicados, la proyección sobre la Antártida y su condición de base militar con un sesgo de amenaza permanente.

Fechas como la del 14 de junio nos permiten reafirmar que Malvinas es Tierra del Fuego. La causa por estas latitudes sigue más firme que nunca porque los fueguinos y fueguinas seguimos soñando con el día en que nuestra bandera vuelva a flamear en Puerto Argentino y dejemos de hablar de tierras ilegítimamente ocupadas. 

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