Editoriales

Las huellas que nos deja la pandemia

 Sin darnos cuenta, ya ingresamos en el mes 14 de la pandemia. Una epidemia de coronavirus que dé acuerdo a los datos de esta última semana ya atacó a 26.452 fueguinos, es decir a un 15% de la población. 

El resto o todos en realidad, observamos con expectativas como avanza el proceso de inmunización. Una inoculación que a diferencia del mayo del año pasado, ya tiene a sectores de la tercera edad, salud y personas con factores de riesgo con una dosis o en el mejor de los casos inmunizados con dos dosis de la vacuna contra el COVID 19. 

Recién la semana pasada, por primera vez en varias semanas bajó la cantidad de nuevos contagios. La isla venía de una tendencia en aumento de casos desde la primera semana de marzo. 

Dificil es saber si ese resultado es producto de mayores cuidados sanitarios en la población. Lo cierto es que en el aire se percibe, desgano y cansancio porque en el horizonte aun se ve muy lejos el cese de la pandemia. 

A los daños psicológicos que causó una cuarentena interminable con todavía duras restricciones en Tierra del Fuego, se le suman los problemas económicos en miles de familia fueguinas que terminan sumando más desánimo, fatiga y escepticismo. 

Existen dos lapidarios datos que indican que un importante sector de la sociedad -fundamentalmente los de bajos recursos – se quedó sin mucho margen en lo económico. 

Por un lado, los 14 meses de pandemia ya acumularon una inflación del 46,4%. Eso contabilizando el 4% de inflación que estiman consultoras privadas se confirmará el 13 de mayo cuando el INDEC dé a conocer el dato del costo de vida del cuarto mes del año. 

El otro dato no menor, es el oscuro y triste panorama laboral que todavía exhibe Tierra del Fuego en el mapa nacional. El conglomerado Ushuaia-Río Grande es el cuarto con mayores problemas de desocupación del país con un desempleo del 12,8%. 

El anuncio este martes del presidente Alberto Fernández sobre la producción en Tierra del Fuego de las computadoras que se distribuirán en todo el país en el marco del plan de conectividad Juan Manso, volvió a encender una luz de esperanza en que la industria electrónica fueguina tenga un repunte en su producción y que eso implique la generación de más puestos de trabajo en el sector y redunde luego en un mayor consumo en el comercio, gastronomía y demás servicios. 

Sería necio pensar que el repunte económico de Tierra del Fuego dependerá sólo de esta medida. Se trata este de un tema más profundo que trasciende el gobierno de Alberto Fernández, con una deuda millonaria contraída por el macrismo con acreedores internacionales. Una crisis que se acentuó con una pandemia que odiamos por sus consecuencias económicas y por la amenaza que nos representa todos los días para la salud pública. 

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