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Fake news: De víctimas y victimarios

Claro que sí. Nos solidarizamos con el intendente Walter Vuoto. Porque sabemos que en pandemia las falsas noticias aumentaron su capacidad de daño.

Sabemos que en tiempos de alto consumo de redes sociales, las fake news se propagan a la misma velocidad que el viento de Rio Grande. 

Es necesario que este tipo de prácticas sean castigadas por la Justicia porque no sólo menoscaba el laburo de los medios que a diario trabaja en el uso necesario de las fuentes y la verificación de los hechos sino que genera en las redes sociales que se viralicen contenidos engañosos. En la mayoría de los casos detrás de estas noticias engañosas existe algún interés político que busca desestabilizar o socavar el buen nombre de alguna persona. 

Ahora bien, es interesante que el tema sea planteado por un dirigente político del rango del Intendente y que lo enuncie en un ámbito institucional como el Concejo Deliberante. 

Porque en la era de la posverdad, esa información que apela a la emoción, la creencia o deseo del público en lugar de hechos objetivos, jugó en primera – más de una vez- en las últimas elecciones provinciales. 

Así como Vuoto dejó entrever que la autoría de los ataques de face news se encuentran dentro del Gobierno de la Provincia, sería necio desconocer que el Intendente cuenta en el armado de su área de comunicación a un hombre que fue apuntado en las elecciones provinciales como uno de los artífices es este tipo de metodologías. 

Estamos hablando del virtual subsecretario de Comunicación Institucional del Municipio de Ushuaia, Pablo Ariel Cabas. El ex secretario de Medios de la gestión de Rosaba Bertone fue uno de los responsables de la estrategia comunicacional que llevó a la ex Gobernadora a perder en los comicios en primera vuelta. 

Sin ir más lejos en 2019 se le adjudicó a Pablo Cabas una operación periodística que indicaba que el gobernador Melella privatizaría el Banco Tierra del Fuego al asumir la Gobernación. 

Cabas quedó al descubierto –otra vez- en julio de ese año cuando retuiteo una publicación del sitio ultra bertonista Primer Argentino que lucubraba con la candidatura de Leandro Manfredotti a la intendencia de Ushuaia. Fue el actual secretario de Energía de la Provincia Moises Solorza el que salió al cruce de ese tuit y dijo que Cabas “monitorea” y “retuitea” las operaciones de prensa. 

La noticia fue tan falsa como la información que indicaba que el ministro de Finanzas de la Provincia, Gustavo Fernández se había infartado en julio de 2020. 

Unos meses antes, la Secretaria de Legal y Técnica de la Provincia tuvo que recurrir a la Justicia ante la viralización de mensajes falsos en WhatsApp que hablaban de los protocolos de salud en Pandemia. 

Claro que este tipo de prácticas deben desterrarse. Pero para que eso ocurra no debe existir una doble moral en los actores que se ubican como afectados por las fake news y luego apelan a ubicar en espacios estratégicos de la comunicación a personajes sospechados de malas prácticas comunicacionales.

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