Editoriales

PASO a la siguiente

Este domingo se vota definitivamente los dos diputados o diputadas que ingresarán por los próximos 4 años a la cámara para representar, según dicta la constitución nacional, al pueblo.

Tenemos que hablar del sistema electoral, esa institución que según unas reglas, se elige a un representante que deviene de un partido político para luego acceder a la elección general. 

Desde el 2009, por la ley 26571, en argentina existen las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, la última reforma que hubo al sistema electoral. Se reconoce como única en el mundo por su condición de obligatoria.

Esta herramienta debería democratizar la elección del o la candidata eliminando en principio las viejas internas partidarias o el dedo supremo. No ha sido el destino del FdT fueguino que está compuesto por 18 partidos, pero la candidata fue designada desde capital federal.

Para lo que sí ha servido es para eliminar fuerzas políticas en la contienda electoral tratando de ir hacia una democracia de frentes partidarios ya que establece que para pasar a las elecciones generales, un partido político debe tener un piso mínimo de votos en las PASO, el 1,5% del total de votantes. 

Y lo otro es el gran gasto que demanda este mecanismo. Es un doble gasto en tanto para el Estado Nacional al disponer de los dispositivos para llevar adelante la elección, como para los partidos políticos en redoblar gastos en la campaña.

Otro efecto que nos produce este sistema electoral es el cansancio de los y las votantes, ya que la doble instancia no significa mejor democracia, sino volver a votar al mismo que votaste antes, o en el mejor de los casos, ir a votar de nuevo. 

Las PASO han funcionado como una gran encuesta electoral y en estas particularmente, para marcar la cancha a un ejecutivo nacional que estaba perdiendo las riendas de la justicia social y la de ponerle un freno a las corporaciones que durante la pandemia han sostenido grandes ganancia, pero no quieren bajar los precios de la inflación. 

Se lo ha visto a Tito Stefani fabricar una grieta más ancha entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Sus propuestas fueron más claras que la de sus oponentes, exceptuando a la izquierda como el FIT o el MAS.

Stefani claramente propone despidos sin indemnización, eliminar el actual subrégimen industrial para suplantarlo por otro  más restrictivo y modificar por ley el acceso a cargos de los sindicatos con una ficha limpia, más que proponer otras formas de democratización interna.

Mientras que por el otro lado Carolina Yutrovich no ha hecho diferencia en la propuesta de una candidata en tanto proyecto de leyes sino más bien  ha basado su campaña en los logros que produjo el ejecutivo nacional de Alberto Fernandez en plena pandemia, como por ejemplo la extensión del subrégimen hasta el 2038 o el repunte de obras pública en las intendencias y en el gobierno provincial.

Pero la presencia de Yutrovich en los diferentes actos fue lo esencial y será ahí donde se ve la política, por ser la representante de un pueblo que dice representar e ir con el mandato de aquellas personas con las que conversó, escuchó y hasta le habrá prometido una coherencia, como la que pronunció frente a delegados sindicales en el gimnasio de la UOM de Ushuaia.

Ante esto hay una mayor responsabilidad en la cámara de diputados para Yutrovich. Si no cumple con lo antedicho será una gran decepción a la política, y en tiempos donde se está decidiendo una nueva época, luego de que la pandemia produjo mayor concentración de riqueza en los ricos y mayor pobreza en el resto de la población, así como también un mundo donde le cambio climático sin dudas transformará nuestras relaciones sociales como un nuevo mapa geopolítico, levantar la mano o poner palabra en el Congreso debe ir en consecuencia de esa representación, si no alimentará el discurso de la derecha vernácula.

De Tito y de Chispita ya sabemos, irán en contra de todo lo que signifique progreso para el pueblo. Uno lo dice abiertamente con proyectos que eliminan derechos; la otra es una propietaria que en plena pandemia no ha hecho mucho para paliar las necesidades de sus locatarios. 

Y de la izquierda podremos esperar su capacidad de denunciar a las instituciones gubernamentales que están corrompidas, no por el acto de robar dinero, sino corrompidas en el orden de que están cerradas a los expulsados del sistema, como son los desocupados o precarizados.

Luego de lo que ocurra el domingo, donde no habrá grandes sorpresas ya que tanto Carolina como Tito seguirán en sus bancas, lo que sí es seguro que comienza la carrera hacia la otra elección que será en el 2023, que será también con el sistema de las PASO si es que no se modifica ya que dio muestras que no ha cumplido con varios de sus objetivos originarios. 

También soñaremos que para ese momento se llegue con mayores propuestas e ideas y no tanto apelando a la grieta.

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