Editoriales

La ansiada equidad de género en los espacios de poder

Tierra del Fuego ostenta el gabinete provincial con el porcentaje más alto del país de mujeres. De los 9 ministerios existentes, 6 están ocupados por mujeres, lo que representa un 67% de las carteras provinciales lideradas por mujeres. 

A pesar de que aún no existe una verdadera situación de equilibrio entre mujeres y hombres dentro del sistema político fueguino, sí hay algunas señales de avance en la materia.

Ese avance también se ve reflejado en la distribución de hombres y mujeres dentro del gabinete municipal de Ushuaia. De las 12 secretarias, 6 están ocupadas por mujeres. 

El porcentaje de mujeres disminuye cuando miramos el gabinete municipal de Río Grande que en el 44% de los casos fueron cubiertos por mujeres al frente de secretarias. 

Si bien esta cifra aun no es la ideal, la representación de la mujer en los espacios de poder sigue siendo más baja en otros poderes del Estado. Sin ir más lejos Tierra del Fuego, es una de las cuatro provincias -junto con Tucumán y Corrientes – que aún no aprobó una ley de paridad para la elecciones de legisladores y legisladoras provinciales. 

Si bien el año pasado, la UCR presentó un proyecto para reformar la ley electoral, el debate quedó frenado en buenas intenciones. Nuestra jurisdicción no acompañó la seguidilla de reformas que se dieron en 7 provincias tras el trabajo de la organización transpartidaria y de las negociaciones políticas de las legisladoras.

En el otro de los tres poderes: El judicial, la cosa no es muy distinta. Tierra del Fuego es la provincia del país con menor cantidad de juezas en su poder judicial, según se desprende del Mapa de la Justicia Argentina elaborado por la Oficina de Género de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. 

De acuerdo al relevamiento, de 36 magistrados que cumplen funciones en la Justicia fueguina, solo 8 son mujeres, el 18,8%

La representación sigue siendo baja, de hecho la más baja del país.   

La representatividad en los espacios de poder sigue siendo desigual a pesar de ciertos casos aislados. Los nuevos tiempos imponen la necesidad de motorizar acciones para evitar que las brechas de desigualdad estructurales y especialmente las brechas de género se amplíen aún más.

Es indispensable que las mujeres ocupen los mismos roles de poder del hombre para profundizar desde allí políticas con perspectiva de género. 

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