El voto joven experimentará en las elecciones de noviembre venidero la quinta experiencia desde que se sancionó en 2012 la ley 26744 que amplió el derecho al voto en elecciones nacionales a los jóvenes de 16 y 17 años.
Se trata de un segmento que en estas elecciones en Tierra del Fuego representará casi 4500 jóvenes.
La pandemia los golpeó fuerte en lo económico y lo anímico. Son los mismos que el año pasado no tuvieron un sólo día de clases presenciales, que desde hace 17 meses no tienen boliches abiertos y que tuvieron todas las dificultades para encontrarse con sus pares ante tanta restricción para circular.
Son los que quedaron a la cola de un plan de vacunación que recién por estos días les abrió la puerta para inmunizarse contra el coronavirus.
Si bien históricamente en la Provincia fue bajo el número de adolescentes de 16 y 17 años que concurren a votar de forma voluntaria en elecciones nacionales, estos jóvenes tienen en sus manos una de las llaves silenciosas de la elección.
A estos jóvenes ni por asomo se les ocurría mirar alguno de estos programas del Canal 11 que el Estado se empecina en beneficiar con publicidad millonaria para que lo vean tres o cuatro dirigentes políticos trasnochados.
Tampoco siguen los programas de radio que son referencia periodística en la isla. Tienen su propio lenguaje y transitan por otros lugares mediáticos.
Son de una generación en la que Facebook, es considerada una red social obsoleta, lo que significa que desconocen el contenido de las fake news políticas que por allí circulan a diario como moneda corriente generadas en el despacho de un reciclado funcionario proveniente de la gestión Bertone.
Se trata de la generación que dé rebote consume en Instagram el bombardeo mediático que realizan algunos medios vendiendo historias de que afuera del país todo es mejor. Un mensaje que termina siendo absorbido por generaciones que se encuentran en una etapa de elaboración de un proyecto de vida.
Sectores políticos que no le hicieron muy bien al país -como Mauricio Macri en 2015- lograron capitalizar la atención de los jóvenes en plataformas como Snapchat.
El voto joven representa sólo el 3% del padrón oficial. A pesar de ese porcentaje y los intentos de manipulación de la clase política a este sector de la sociedad, debemos reconocer que las juventudes son un actor social y político que demostró hacer de la participación política una forma de ciudadanía responsable y es seguramente lo que ocurrirá en estas nuevas elecciones.