Editoriales

El turismo en terapia intensiva

Ni cerca será como temporadas anteriores. 

La temporada de invierno en Ushuaia comenzó con todas las limitaciones que implican aun vivir en pandemia. 

Desde hace días llegan a Tierra del Fuego tres y cuatro vuelos diarios de Aerolíneas Argentinas para habilitar el ingreso de turistas argentinos.

Eso porque el flujo de turismo internacional no existe, y no existirá en lo inmediato. 

Ese turismo brasileño de alto poder adquisitivo que elige Ushuaia como destino de invierno no estará en el fin del mundo por segundo año consecutivo. 

A esta altura de la pandemia, las expectativas del sector son solo sobrevivir. 

El presente del turismo es dramático en todo el planeta, incluida la Argentina. 

Un ejemplo a mayor escala de cómo explotó el tema en el mundo se dio en Cuba. Una población empobrecida por el bloqueo estadounidense pero perjudicada enormemente por la falta de turismo en un país que tiene a esa actividad como principal locomotora de la economía. 

Cierres de hoteles y comercios, pérdidas de puestos de trabajo golpearon a la industria globalmente, y la recuperación va a ser complicada.

Vaya si esa vuelva va a ser complicada. Para esta temporada, las expectativas en el fin del mundo sólo se trazan en lograr una ocupación hotelera cercana al 50% de los hoteles. 

La esperada llegada de turistas en julio encuentra a Tierra del Fuego con una situación epidemiológica estable. Con un promedio de 100 contagios semanales de COVID en Ushuaia y una vacunación acelerada que permite que mayores de 25 años ya puedan inocularse. Esta semana se contabilizaron 100 mil vacunas en territorio fueguino y buenas proyecciones para los próximos días. 

No hay REPRO, IFE ni PROGRESO que ya alcance para compensar las perdidas del segundo motor de la economía de Ushuaia. 

En el medio de todo este parate se encuentran los guías de turismo, uno de los eslabones mas afectados por la pandemia. Estos trabajadores y trabajadoras tuvieron todo este tiempo una nula facturación. Sólo el 2,5 % de ellos cuentan hoy con ingresos (en relación de dependencia) y apenas el 10% de los guías independientes tuvo trabajo durante siete días la última temporada.

La meta de la actividad es atravesar este invierno para llegar lo antes posible al verano con un horizonte tal vez más alentador. Las perspectivas parecen ser mejores, con un puerto de Ushuaia que ya cuenta con un protocolo para la actividad de cruceros autorizado por el Gobierno de la Nación. 

“Todo pasa”, decía el anillo del presidente de la Asociación del Futbol Argentino Julio Grondona. La idea de apoco se instala en una actividad que espera una urgente reactivización tras un año y medio de inactividad. 

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