En Arsat no sólo despegan satélites. La búsqueda por reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la administración nacional como política pública en los últimos años logró que, en la empresa estatal que llevó la tecnología argentina al espacio, también despegue la equidad de género: en los últimos meses se incorporó la primera directora mujer, que dio inicio a una serie de programas que avanzan en el camino de romper barreras y acortar brechas.
Anabel Cisneros es ingeniera en telecomunicaciones. En enero de 2020 se convirtió en la primera mujer en la historia de Arsat -que existe desde 2006- en unirse al directorio, que se completa con sus colegas Facundo Leal y Marcelo Tesoro. Es, además, directora en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y presidió el capítulo argentino de la organización mundial sin fines de lucro Internet Society. Integró el Grupo de Investigación y Desarrollo Aplicado a las Telecomunicaciones (Gidat), y fue directora de Asuntos Internacionales de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic).
Cisneros celebró que la lucha por derribar barreras de acceso y lograr la igualdad de género sea “una política de Estado que se enfoca en los derechos de las mujeres y diversidades, para trabajar en mejorar las condiciones de desigualdad y combatir las violencias“.
Desde que Cisneros se sumó al directorio de Arsat se lanzaron dos proyectos dedicados a lograr la equidad, tanto al interior de la empresa como en el sector: en agosto de 2020 se presentó el Programa de Género y Tecnología de Arsat a cargo de la ingeniera, que nació como una forma de agrupar acciones y actividades que surgieron por iniciativa de las trabajadoras de la empresa para consolidar y generar nuevas propuestas y alianzas estratégicas que contribuyan a achicar la brecha de género.