āLas Fuerzas Navales del Comando Sur de los EE. UU. prestan apoyo a las operaciones militares conjuntas y combinadas del Comando Sur de los EE. UU., mediante el empleo de fuerzas marĆtimas en operaciones cooperativas de seguridad marĆtima, para mantener el acceso, mejorar la interoperabilidad y construir asociaciones duraderas, con el objetivo de mejorar la seguridad regional y promover la paz, la estabilidad y la prosperidad en el Caribe, CentroamĆ©rica y SudamĆ©ricaā reseƱa la pĆ”gina Central Intelligence and security.
Nada nuevo con los demócratas en Estados Unidos. Se reafirma la idea mesiĆ”nica de la misión wilsoniana del destino manifiesto que estĆ” inserto en la historia del integrismo polĆtico religioso de los yanquis. Es aquella misión que impartió el Presidente Woodrow Wilson en los aƱos 1920, que plantea la promoción de la libre determinación de los grupos Ć©tnicos, promoción de la propagación de la democracia, intervenir en los paĆses para ayudar a crear paz y/o propagar la libertad.
Esto tampoco es nuevo.
La novedad de la Ć©poca, es el enfrentamiento con China que cobra intensidad vital en los Ćŗltimos aƱos. AquĆ, Biden parece seguir el camino iniciado por Trump, aunque hay que analizar todas las piezas de este rompecabezas que es la peligrosa deriva de la crisis hegemónica de los Estados Unidos.
Pero esta aceleración de la puja se juega en varios frentes. Uno de ellos es nuestro AtlÔntico Sur el control del paso bioceÔnico del Drake, la AntÔrtida, el banco de pesca, los hidrocarburos, el agua dulce, minerales y biodiversidad de nuestra región.
La iniciativa china de la Franja y Ruta o la Nueva Ruta de la Seda es un megaproyecto que busca conectar 4 continentes a travĆ©s de vĆas de comercio terrestres y marĆtimas. Principalmente han invertido en infraestructura para el comercio y en proyectos energĆ©ticos.
Desde MƩxico hasta Uruguay, China ya controla muelles y tiene proyectos de puertos nuevos, inclusive desde el 2019 estƔn en tratativas en Chile para invertir en el Puerto de Punta Arenas.
A los yanquis -recibidos por nuestro Ministro de Defensa de la Nación, la cancillerĆa y la intendencia de Ushuaia- les preocupa todo eso y el posible grado de avance del proyecto de Polo LogĆstico que los chinos prometen financiar en Ushuaia con 50 millones de dólares y la cercanĆa de la embajada rusa promotora de negocios de hidrocarburos y gas en la provincia con la futura Tierra Ignis.
El Almirante Craig Faller, que ya se retira de la conducción del Comando Sur con sede en Miami, para darle paso a una mujer militar que ha pasado por Iraq y AfganistĆ”n hace aƱos, vino a jugar a los espejitos de colores bajo la coartada de la filantropĆa, la ayuda humanitaria. Hecho preocupante es que al Almirante Craig Feller se lo recibió en Ushuaia con su traje de fajina, luego de los ejercicios realizados en Malvinas, todo un simbolismo que no puede pasar de largo.
Desde el aƱo 2018 (en pleno auge del macrismo-bolsonarismo-piƱerismo-luquismo de Colombia) este Grupo de 1200 militares y agencias de seguridad que componen el Comando Sur, resucitó a la Cuarta Flota que luego de 58 aƱos se presenta en las costas de AmĆ©rica del Sur, haciendo incursiones y prĆ”cticas militares en el Cono Sur tanto en el PacĆfico y en el AtlĆ”ntico. Unas de ellas con los usurpadores colonialistas britĆ”nicos en nuestras Islas Malvinas.
AhĆ parece estar una de las claves de la movida con visita protocolar a cuestas.
Mundo pandémico, capitalismo criminal al palo con acumulación de vacunas por parte de las grandes potencias y cosmovisiones distopicas por doquier.
Ojala podamos en nuestra Patria querida, frenar un poco y observar detenidamente lo que tenemos a nuestro alrededor. Adentro y afuera. Los imperios se disputan nuestra Provincia, tanto el territorio como el espacio marĆtimo. No entender eso como pueblo, nos debilita en nuestra existencia.
En las rendijas del poder, en las tramas descoordinadas de las voluntades de funcionarios locales sin rumbo estratĆ©gico en los oscuros pliegues de la burocracia estatal convertida en agente que propicia entrega de soberanĆa, sea por impotencia, parcialidad o falta de solidez, se cuecen permanentemente los destinos de toda la comunidad argentina, y particularmente fueguina.
Desde los abajos, deberemos ir tomando consciencia de los caminos obturados de las decisiones que languidecen la debilidad institucional, de las amistades siempre oscuras de los pequeƱos cĆrculos oligĆ”rquicos que persistentemente creen saber y poder y, en consecuencia, actĆŗan. Nunca el pueblo decide en conjunto, siempre son los de arriba del pinĆ”culo de la escala social.
Mientras tanto, los conflictos reales de nuestras comunidades humilladas y excluidas, estĆ”n a flor de piel, en un intento de organización y articulación contra el tiempo y aĆŗn contra las Ā«neutrales decisionesĀ» de las tecnocracias y las pseudoelites que han puesto a la polĆtica en el altar de la economĆa concentrada, convertida ya en una red incomprensible, compleja y hambrienta de extracción y opresión.
Es hora de madurar, coordinar el encuentro permanente para no mostrar al mundo las rencillas miserables a las que nos acostumbraron las elites fueguinas. Rencillas que son aplaudidas por la corona inglesa, rencillas que debilitan cualquier acción soberana que emprende a dignidad de un pueblo que permanentemente lucha por nuestro suelo.
O realmente las Malvinas y la AntÔrtida son nuestras y sostenemos con honor y deber patriótico, o nuestra provincia serÔ devorada de un solo bocado por los imperios del Norte.
Y acĆ” no se trata de elegir cuĆ”l de ellos es el mĆ”s amistoso, sino tener una polĆtica mĆ”s clara y fuerte, para no pensar que la entrega de las palas de plĆ”stico y unos gps del Comando Sur de EEUU es una acción de amistad.
Post Data: hay que recordar una historia tan presente, y para no parecer ingenuos ante la misma: el hundimiento del crucero General Belgrano, nave alcanzada fuera de la zona de exclusión por torpedos lanzados desde el submarino nuclear Conqueror, fue gracias a la exacta ubicación ofrecida POR UN SATĆLITE NORTEAMERICANO miembro de la OTAN, a la cual pertenecen tambiĆ©n los britĆ”nicos.
Por Federico GarcĆa
Agradecemos la colaboración de Gustavo Lahoud