Se trata del enorme iceberg A74, desprendido de la plataforma de hielo Brunt.
Como estaba prevista la ruptura, se alcanzó a levantar la estación Halley, base de investigación británica. La base fue llevada 30 kilómetros hacia el interior de la plataforma para evitar que fuera a la deriva con el iceberg.
Años viendo grietas y al fin, el “parto”
El día 26 por la mañana la enorme plataforma se desprendió. Utilizando el satélite Sentinel 1 de la red europea Copernicus se puede observar el desprendimiento comparando las imágenes del día 25 y las siguientes disponibles, el día 28 de febrero.
Durante el mes de enero la grieta avanzaba a un ritmo de un kilómetro al día, seccionando los 150 metros de hielo de espesor.
No se sabe lo que puede ocurrir con el iceberg resultante. Podría quedarse años “amarrado” a la plataforma o comenzar a viajar como hizo su “primo mayor”, el aún más gigantesco iceberg A-68 que ha llegado hasta las Georgias del Sur rompiéndose en varios peligrosos fragmentos.
Los investigadores del British Antartic Survey han analizado de cerca este nuevo iceberg y su evolución. Si bien se puede predecir parte de sus acciones, al ser un elemento flotante y dependiente de las corrientes marinas, no tienen claro del todo qué va a pasar con él. Puede quedarse encallado o por lo contrario puede comenzar a navegar alejándose de la plataforma de hielo.