NacionalesProvinciales

La principal base científica de la Antártida Argentina cumple 39 años

La Base Carlini cumple este viernes 39 años de funcionamiento como la principal instalación científica permanente en la Antártida Argentina, donde se realizan investigaciones en áreas como biología costera y terrestre, oceanografía, geología y glaciología.

La base, ubicada en Caleta Potter, Isla 25 de Mayo, es administrada y operada por la Dirección Nacional del Antártico (DNA), dependiente de la Cancillería.

Las investigaciones se desarrollan allí de manera ininterrumpida desde hace más de dos décadas, lo que permitió una recopilación de datos científicos dentro de las de más larga data y completa de la región antártica.

“Sentimos un enorme orgullo por el trabajo y el esfuerzo que realizan a diario quienes, desde la Base Carlini, hacen efectivo el compromiso con la soberanía, la cooperación internacional, la paz y la protección del medio ambiente”, dijo el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus.

El funcionario destacó que, “este año, vamos a celebrar el 70 aniversario del Instituto Antártico Argentino (IAA), la primera institución científica del mundo dedicada exclusivamente al estudio de la Antártida”.

La base Carlini data de 1953, cuando la Armada Argentina instaló el Refugio Naval Caleta Potter, luego Estación Aeronaval, y en 1954 pasó a llevar el nombre del Teniente José Isidro Jubany, piloto de la Aviación Naval que murió en un accidente aéreo.

Luego, fue reclasificada como Destacamento Naval, el 12 de febrero de 1982, y fue transferida a la DNA-IAA. A partir de entonces, se la denominó Estación Científica Jubany hasta que, en marzo de 2012, fue renombrada en homenaje a Alejandro Ricardo Carlini, un reconocido científico del Instituto Antártico.

El IAA, que también depende de la Cancillería, controla y ejecuta los proyectos científicos que se desarrollan en Carlini a lo largo del año, mientras que la Dirección Antártica del Ejército aporta el personal para las tareas logísticas, entre ellos a los buzos que con el resguardo de una cámara hiperbárica en la base, recolectan las muestras, incluso bajo hielo, y colaboran con los múltiples proyectos de investigación.

Parte de las tareas científicas se realizan desde los refugios argentinos Elefante y Albatros, que se encuentran en las cercanías.

La base cuenta con el Laboratorio Antártico Multidisciplinario Carlini (Lacar), donde se realizan estudios de atmósfera –en particular sobre el efecto invernadero y el cambio climático–, y el Laboratorio Argentino, ambos gestionados por el IAA.

La zona de la base cuenta con una gran biodiversidad de fauna y flora, y entre las aves se destacan los skúas, petreles y tres especies de pingüinos.

El área también cuenta con poblaciones de mamíferos, como elefantes marinos, lobos marinos de dos pelos y especies de focas como la Leopardo, la de Weddell y la Cangrejera.

La vegetación exhibe una gran cobertura con la presencia de una especie de pasto antártico, musgos y líquenes, y la vida submarina alberga ricas comunidades de peces, invertebrados y algas bentónicas.

En Carlini funciona desde 1994 el Laboratorio Dallman, a través de un convenio con el Instituto Alfred Wegener de Alemania, donde -en sus cuatro laboratorios, su acuario y el resto de sus instalaciones- trabajan científicos de otros países con los que se poseen convenios internacionales.

A través de un acuerdo con el Instituto Nacional de Oceanografía y Geofísica Experimental de Trieste en Italia fue instalada en 2001 una estación sismológica permanente.

Volver al botón superior
A %d blogueros les gusta esto: